El 20 de diciembre de 2024, la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua llevó a cabo la inhumación de 30 cuerpos en el panteón de Carrizalillo, como parte de una medida para optimizar las capacidades del Servicio Médico Forense (SMF).
De los cuerpos inhumados, 26 corresponden a personas de sexo masculino, tres a sexo femenino y uno más se encuentra sin identificar. Todos estos cadáveres permanecían en los refrigeradores del SMF sin ser reclamados ni identificados por sus familiares.
Para facilitar su futura identificación y posible reclamación, cada uno de los cuerpos fue documentado con diversos perfiles forenses, incluidos los registros fotográficos, odontológicos, dactiloscópicos y muestras de ADN. Este proceso tiene como objetivo proporcionar una base para la identificación de los restos en el futuro y facilitar el reencuentro con sus seres queridos.